Infancias, adolescencias y redes

Por: Lic. Marisel Correa (MP . 738) 28/09/2023

 

La Comisión Directiva se hace eco de las reflexiones de la Lic. Marisel Correa (MP . 738), para pensar en una problemática actual.-

En días pasados se conoció de la muerte de una niña de 12 años en la provincia de Santa Fe a raíz, según informaron diversos medios de comunicación, de un reto de la red social TikTok. La pequeña falleció por asfixia mientras participaba del desafío viral (challenge) “blackout”, según comunicó una persona de su entorno familiar.

También se supo del deceso de un adolescente de 15 años y del grave estado de salud de otro joven de 17, en Río Negro, que también habrían participado de este tipo de hazañas.

Pero no son sólo situaciones que ocurren en nuestro país, sino también en Italia o en Estados Unidos, entre otras naciones.

Estas noticias nos han sacudido como sociedad y nos vemos movilizados/as a poner palabras y pensar estos acontecimientos, para metabolizarlos, procesarlos y poder trabajar sobre lo que pasó, intervenir en el durante, sobre lo que está ocurriendo,pero también en lo que puede pasar, en el futuro (la prevención).

Qué es TikTok

Se trata de una aplicación para crear y compartir vídeos cortos, con duración de algunos segundos, cuyos/as usuarios/as mayoritariamente son niños/as y adolescentes. En ella se pueden encontrar coreografías de baile, contenido humorístico y videos al estilo “playback” de canciones (un usuario/a hace la mímica, una puesta en escena utilizando el audio de una canción o diálogo de un personaje de ficción), además de “retos” o “desafíos”.

Los desafíos

Son contenidos muy populares que consisten en que un alguien proponga un reto, (algo extremo, arriesgado, doloroso por lo general) por ejemplo: un paso de baile, una hazaña y que otros/as lo repliquen usando el mismo hashtag o etiqueta.

Estas propuestas son planteadas por líderes de opinión (influencers), youtubers o famosos, que cuentan con muchos seguidores.

¿En qué consiste el “BlackoutChallenge”?

Blackout proviene del inglés y significa apagón… de allí su nombre es castellano “desafío del apagón”. Consiste en grabarse aguantando la respiración durante el máximo tiempo posible, incluso hasta “no poder más”, llegando a provocar el desmayo por falta de aire. Luego se espera que la persona que lo realizó cuente su experiencia en un video y lo publique en TikTok.

Esta práctica es compartida con otros espectadores/as, dispuestos/as a mirar dicha proeza.

Se trata de una actividad cuyo objetivo sería la búsqueda de sensaciones fuertes.

Algo se repite…

Si bien recientemente se ha comenzado a hablar del desafío del apagón, hace tiempo se viene escuchando sobre la participación de infancias y adolescencias en prácticas de redes sociales en las que se exponen y ponen en riesgo su integridad.

En años pasados la preocupación rondaba en torno a la “Ballena Azul”[1] (2017), “El Rompebocas”[2] (2020), entre otros. Desafíos que se suceden en el tiempo, pero sobre los que podríamos encontrar algunos posibles denominadores comunes: el hecho de no recurrir a adultos/as, información que queda sólo entre pares, un lugar importante para la mirada (mirar y ser mirado/a, reconocido/a, tener popularidad, contabilizar a través de la cantidad de seguidores… mirar y mostrarse como imperativos… lógicas a las cuales los/as adultos/as no estamos exentos/as).

Pensando en que parecería que se trata de fenómenos que, en algún aspecto, insisten, tienden a una suerte de repetición es vital trabajar en la prevención, no solamente desde el ámbito de la salud mental sino también realizando acciones en los espacios donde transitan infancias y adolescencias, sus familias, escuelas, clubes, consultorios, etc…

Nuestro rol de adultos/as: lugares de cuidado.

Como sociedad quedamos movilizados/as, interpelados/as, afectados/as…

¿Cómo un niño/a-adolescente llega a realizar ciertas prácticas, cómo participamos allí lxs adultxs (familia, escuela, salud, etc.)?¿Qué idea, qué concepción de juego tienen las generaciones más jóvenes? ¿Cuándo una actividad deja de ser un juego y deviene una práctica de riesgo, una exposición? ¿Pueden o podrían niños, niñas y adolescentes ubicar esa diferencia, el límite que discrimina una de otra? ¿Cómo podemos acompañarles en esa diferenciación?¿Cómo proteger, cómo cuidar sin ser intrusivos/as, respetando su intimidad, sin invadir?¿Qué lugar, qué función tienen estos desafíos virales en las subjetividades infantiles y adolescentes?

Las subjetividades, las relaciones son complejas, están afectadas por diversos atravesamientos, condiciones, circunstancias (personales, familiares, sociales, económicas, geográficas, políticas…) por lo tanto no podríamos decir que habría tips, recetas sobre cómo hacer, cómo ser madres/padres, cómo cuidar a alguien…pero sí que es importante acudir a otros/as (otras familias, docentes, profesionales).

Tal vez tengamos más preguntas que respuestas, más dudas que certidumbres…

Sí, quizás, podamos, como comunidad, pensar situaciones y pensarnos en ellas… acompañar un trabajo de reflexión y construcción colectivas, pensar con otros/a (familia, escuela, profesionales e instituciones de salud, de atención a las infancias y adolescencias)...

Coincidimos en que niños/as y adolescentes son sujetos en construcción, en devenir constante y que nuestro rol es acompañar su constitución, su crecimiento…

Es necesario tomarse el tiempo para pensar, reflexionar sobre los usos de los dispositivo: a qué fines responde, por cuánto tiempo, con acceso a qué aplicaciones/espacios digitales, qué efectos tiene o podría tener el uso y exposición a pantallas, de qué modo niños/as y adolescentes habitan el universo virtual, qué encuentran allí, qué lógicas atraviesan a esos espacios (juegos, apps, redes)… Tomarnos el tiempo y estar disponibles para acompañarles en el uso de las redes sociales, también para hablar, acompañar y cuidar más allá de los dispositivos, en las vivencias, en lo cotidiano… estar, ofrecer presencia, escucha, mirada… Conversar, nombrar las distintas situaciones de la vida que conllevan peligros, sobre sus consecuencias; poner palabras, brindar sostenes, amparo, referencias… habilitarles el despliegue de experiencias subjetivantes[3] posibilitando dar sentidos a lo vivido. Cuidar también puede ser pensado como el ofrecimiento de herramientas y recursos para conocer y participar del mundo que las/os rodea.

Referencias:

[1] Un "juego suicida" se viralizó rápidamente por internet. El reto de la "Ballena azul", dirigido a adolescentes, establecía 50 tareas para realizar en 50 días. El desafío estuvo vinculado, presuntamente, con numerosas muertes en todo el mundo. Sin embargo, nada sobre el juego es lo que parece. Las primeras tareas que planteaba eran relativamente inofensivas: levantarse en la mitad de la noche, o mirar una película de terror. Pero, día a día, las propuestas se iban tornando más siniestras: "Parate en el borde de un precipicio". "Tállate una ballena azul en el brazo". ¿El último reto? Hacer que el usuario se suicide.

[2] Nuevo challenge en el que una persona se acerca por detrás hacia su víctima y, usando una bufanda u otra prenda de ropa, la engancha por los tobillos y tira hacia atrás. Y claro, la consecuencia es que la víctima, desprevenida, cae al suelo de boca.

[3]  Aquellas situaciones en las que se generan condiciones para una transformación de la subjetividad. Tienen que ver con una ampliación de las maneras de mirar y de posicionarse que posibilitan el enriquecimiento, la interpelación y la transformación en la medida que se mira de otra forma, se producen reposicionamientos y/o se habilita la producción de nuevos sentidos.

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